viernes, 17 de febrero de 2012

Capítulo 5. Parte 1. -Hoy toca hacer puenting. +¿Cómo hacemos eso aquí? Es un campo llano. -Muy simple, cada vez que pruebo esos labios parece que me voy directo al suelo pero luego reboto y vuelvo a ti.

A las 6:43 de la mañana se asomó el primer rayo de sol por el horizonte. Era sábado de un estúpido día que era 17 de diciembre del 2011 y quedaban unos pocos días para estar en Navidades, pero claro, Estela no era consciente de ello. Estela (o el yo lobuno de Estela) que estaba en un bosque cuando esa loba parda, con ojos verdes, un poquito más claros que como les tenía antes, empezó a gemir, y en poco a aullar de dolor.
Se pasó así todo el rato, y fue mucho tiempo: se le quitó la cola, las orejas volvieron a ser como eran, las garras empezaron a menguar, el pelo la empezó a disminuir, y mientras tanto, un lobo estaba tumbado en el suelo, agonizando y aullando de dolor, como si esta fuera su última vez con vida.
A las 7:43 esa loba ya tenía conciencia, esa loba tenía rasgos humanos, esa loba era más pequeña, esa loba ya no era del todo loba, pero no era del todo humana, lo único que conservaba igual y que ya no iba  a cambiar eran sus ojos, de un verde rubí intenso, intenso pero un pelín más claros que antes, cuando se transformó por primera vez, su parte de lobo hizo que los ojos se aclararan un poquito como los ojos de todos los lobos, pero casi no  había diferencia, a menos que no los compararas,  el vello de su cuerpo había disminuido mucho, su hocico ahora se parecía más a una nariz humana, ya no tenía bigotes ni aullaba, simplemente lloraba, a veces chillaba, y gemía de dolor.
Entre los árboles, había alguien observándola, pero no con terror en la cara, sino con comprensión, al principio había ido a olerla, pero ella le aulló, entonces se escondió en los árboles y se volvió humano. Era un lobo gris y un poco blanco, enorme, con ojos azules claros y muy bonito, tenía en una pata algo azul y en otra algo negro. Cuando se convirtió en persona, se miró las piernas y de cada una sacó un par de pantalones de deporte y una camiseta. Se los puso media hora más tarde le sonó el móvil. Cuando colgó decidió quedarse para ver quien era, porque le importaba realmente saber quien era, ya no era solo curiosidad.
Dos horas después de que empezara a sufrir, todo el vello sobrante, las garras, el hocico, los bigotes, las orejas, la cola, las zarpas, todo, había desaparecido, Estela volvió a ser totalmente humana, pero la única diferencia es que al trasnformarse había roto toda su ropa y ahora estaba desnuda. Todavía la dolía la tripa, esperó un rato pero no se la acababa de pasar del todo, se sentó y se dio cuenta de que estaba desnuda, así que se puso en pie y miró a todos lados buscando algo para intentar orientarse. El olor a agua era muy intenso por lo que cerca de allí debía de haber un lago o algo, pero no conseguía distinguir de donde venía entre tantos árboles y tantos olores diferentes. Intentó ir dirección el agua, pero cinco minutos después el hombre que la observaba salió de su escondite:
-¡¡JULIA!! No sabía que eras tú hija.-Dijo el hombre a Estela.
-Perdone pero creo que se ha equivocado, yo soy Estela y... ¿qué haces espiándome?-Se tapó rápidamente con un árbol.
-No, imposible, eres Julia, debe ser a causa de la conmoción... ¿Dónde vices?
Le dio la dirección de su casa.
-No, es imposible, si tú estás aquí, entonces Julia andará sola...
-Perdone-le cortó tajante-pero no puedo estar aquí con el frío que hace jugando a adivinar quien es Julia, tengo que volver a casa, además, tengo mucha sed y hambre, ¿sabes donde está el lago? Huelo agua pero no consigo distinguir de donde viene.
-No, mejor vamos al pueblo que hay a diez minutos de aquí, te compro un albornoz o algo y vienes a mi casa en taxi para ponerte algo de ropa, iremos en taxi hasta mi casa, tengo una hija de tu edad... y es físicamente parecida a ti.
-Ah, claro, ¿y por qué debería fiarme de ti?
-Porque no he huido cuando has pasado de loba a adolescente Estela, y hubiera sido una persona cualquiera en cuanto hubiera oído los aullidos hubiera huido, o como mucho acercarme pero no hubiera estado las dos horas que has estado sufriendo observándote.
-Pero... entonces... has visto lo que me ha pasado antes... seguro...
-Efectivamente, y tus sospechas son acertadas: yo también soy lobo.
-Pero llevas ropa.
-Claro, porque se cuando me voy a transformar, llevo muchos años sufriendo y se cuando pasa, por eso rápidamente me quito la camiseta y los pantalones y me les ato a las patas, además, puedo transformarme cuando quiera pero en las noches de luna nueva siempre voy como me ves ahora vestido. Soy Juan, y a partir de ahora puedo enseñarte este mundo nuevo, ¿aceptas?
-Acepto.

Más lejos, mucho más lejos de allí a las siete de la mañana.
-Acabo de llegar de mi turno de noche y estoy muerta, voy a desayunar y me voy a la cama.-Pensó Marta, la madre de Estela. Cuando entró en la casa, dejó las llaves en la entrada y se fue corriendo al baño, pero cuando pasó por delante del salón su cara empalideció y se le quitaron las ganas de ir al baño.
-Ladrones.-Pensó. Se fue corriendo escaleras arriba a la habitación de Estela y vio que no había nadie, la habitación estaba perfecta, como si no hubiera entrado nadie. Entonces volvió al salón y observó todo detenidamente antes de llamar a la policía. Vio el cristal de la terraza roto, garras. ¿Garras?
-No, perros, o... no puede ser, voy a llamar a Juan corriendo.-Pensó Marta.
-¿Sí?

-Sí, o han entrado a robar en mi casa... o hace quince años cuando las separamos... bueno... que Estela creo que es posible que se acabe de transformar. ¿Dónde estás?
-Estoy en el pueblo este que está a diez kilómetros de la ciudad y estoy viendo a una loba, porque acabo de descubrir que es chica, que está volviendo a ser humana.
-Dios, es ella, estoy segura, quédate allí y dime si es ella.
-Bueno, estoy seguro de que es la primera vez que se transforma porque hace más de hora y media que está sufriendo, te llamo más tarde.
-Vale, adiós.
-Adiós.
Cuando Marta colgó se fue al salón y se puso la televisión, se hizo un café con leche pero no se calmaba, en realidad tampoco veía la pantalla, estaba preocupada por Estela, volvió a la terraza y lo observó todo con más detenimiento, vio que había prendas rajadas, pero muy rajadas como si se hubieran arrancado, las botas favoritas de Estela destrozadas, el tendedero roto, la ropa del tendedero... Dios, estaba destrozada por garras. Ahora no la cabía ninguna duda. su hija era medio lobo.

Estela y Juan acababan de llegar a la casa de Juan. Eran casi las nueve de la mañana:
-Quédate aquí, voy a por un chándal de mi hija y vengo en seguida.
-Vale.
Cinco. Diez. Quince minutos. "¡Cuánto tarda!" Pensó Estela.
Cuarto de hora después salió con un chándal morado en la mano y con unas zapatillas... Mejor con un chándal morado, las zapatillas...:
-Lo siento, pero era las únicas zapatillas que he encontrado libres sin tener que entrar en la habitación de mi hija.
-No pasa nada.-Le dijo. En realidad si pasaba: eran zapatillas de andar por casa.
Fueron a una chocolatería de las antiguas, de esas a las que van las personas del barrio o que trabajan por allí cerca y siempre o casi siempre los mismos, donde según entras hay un olor a chocolate que te llena sin probarlo, donde el chocolate y los churros son insuperables, y donde hay una cocina de verdad, donde cocina la mujer mientras el marido la ayuda mientras sirve a los clientes.
Pidieron dos chocolates con tres churros cada uno, y puedo decir sin lugar a dudas que han sido los mejores que he probado nunca, lógicamente me los paga él.
-Vale, explícame porqué tengo parte... rara.
Una joven entra con su novio y les sonríe mientras piensa: "Son muy monos, serán padre e hija, porque además se parecen, pero con el libro de "Perdona si te llamo amor" recién acabado... parecen una pareja".
-Tu madre... tu... tu madre... puede ser como tú.
-No, eso es imposible, trabaja en el hospital y además nunca ha faltado tanto tiempo, a veces la suelo oír cuando viene del trabajo de noche y siempre viene a las seis o siete de la mañana, no, estoy casi segura de que ella no es... nada. O sea, tendría que tener muchísima practica o una doble o una hermana gemela secreta.-Juan pensó que esa última frase era una total ironía.
-Pues entonces...
-No sé quien es mi padre, nunca me lo ha dicho.
-Ya... Pues será él el que tenga ese gen y que te le haya pasado.-Le dijo Juan mientras se recordaba que tenía que hablar con Marta sobre el tema.-De todas formas aquí estoy yo para decírtelo todo y para... digamos... intentar guiarte.
-Vale, pues dado que ya hemos resuelto un tema..., ¿por qué las lunas nuevas y no las llenas?
-¿Tú también te has dado cuenta,eh? Pues verás las mareas del mar son más altas cuando hay Luna nueva, por los efecto que genera esta sobre al Tierra al estar alieniada con el Sol, y éste último también ejerce fuerzas sobre el mar pero al estar más lejos es menor. Además, hay casos excepcionales, en los que la línea Sol-Tierra es perpendicular a la línea Luna-Tierra, de esta forma las mareas son prácticamente normales, no son ni altas ni bajas, se llaman mareas muertas y ese efecto ocurre en nosotros, si no conseguimos controlarnos y acabar de transformarnos, podemos estar toda la noche en ese término intermedio y es una de las peores noches que hay, y luego está el polo opuesto, es justamente lo contrario, ocurre cuando la Tierra, la Luna y el Sol están alienados de forma que la pequeña fuerza que ejerce el Sol es más notable al igual que la Luna, de forma que se llama mareas muertas y es una de las noches que más rápido nos transformamos, pero es un eclipse como te has podido imaginar de modo que aunque incluso los más expertos lo quieran evitar, durante el eclipse nos transformamos en menos de un minutos, casi de golpe, dependiendo de la experiencia y nos volvemos humanos de la misma forma en cundo se acaba y por la noche igual.
-Guau, increíble.
-Pues además de tocar los efecto gravitatorios de la Tierra, algunos de los científicos que existen son también lobos, de forma que han visto que a la vez se modifican ligerísimamente algunos átomos, los suficientes para que nos transformemos en lobos.
-Vale, pero ¿por qué un puñado de personas y no todo el mundo?
-Pues verás, este puñado de personas que somos, nos transformamos porque  tiempo atrás sucedió esto también, y hay dos teorías que te explicarán más adelante y...
-¿Más adelante?
-Sí, dale tiempo al tiempo, bueno, una, y es la que menos cree al gente, es que tiempo atrás, cuando se creía en el demonio y en Dios con mucha devoción, alguien, intentando juntar en un mismo cuerpo el diablo y a una persona, experimentó con animales, y eso pasó con nosotros, y nos transformamos en luna nueva porque los experimentos eran en luna nueva, además, imagínate a alguien, intentando juntar a un lobo y a una persona por medio de brujería y tal.
-Ya, claro, entiendo. ¿Y la otra?
-La otra es tan difícil de explicar como el big ban porque  cuando sucedió la explosión y a base de electricidad y moléculas se creó la vida, dentro de esa vida, hubo además nuestra especie (no se puede llamar de otra forma), pero la gente pensaba que estábamos malditos y ese tipo de cosas e intentaron extinguirnos, y ahora que ya no hacen eso nos quieren para experimentar, por eso que sea todo un mito y que no se pueda ir uno transformando en lobo en medio de una multitud.
-Vale, comprendo, pero es difícil de asimilar.
-Te comprendo, no te preocupes. ¿Algo más que quieras preguntarme ahora?
-Sí, ¿como me vas a ayudar a que el proceso sea menos doloroso?
-No puedo.
-¡¿CÓMO QUE NO PUEDES?!
-Que no puedo, solo puedo ayudarte a que sea más rápido y a que más o menos vayas controlándote, por ejemplo a retrasarlo unos minutos, o a transformarte cuando se te antoje, con lo de las hormonas, vamos, con lo que te acabo de explicar.
-Vale.
-Ah, y un dato curioso, seguro que habrás pensado que somos más grandes que los lobos normales, ¿no?
-Sí, claro, siempre me lo había imaginado así.
-Pues te voy a decir que no es así, yo he visto la película de Crepúsculo y las que las siguen y esos lobos que salen son enormes.
Estela sonrió para sí misma.
-Pues he de decirte que me gusta la saga y que la empecé a ver a petición de mi hija.
-No no, si a mi me encanta y me he leído todos los libros. Bueno, ¿entonces somos como lobos normales?
-No, somos un poco más grande que los lobos normales porque hacemos más ejercicio que un lobo y un humano solamente cada uno por separado, al ser como una fusión, tenemos que hacer el doble de ejercicio, por eso estamos todos en plena forma y en forma de lobo somo un poco más grandes, ya te lo digo, ah, y cuando somos lobos hay partes en las que no somos conscientes de lo que hacemos, pero ya aprenderás a controlarlo también.
-Madre mía, que de cosas.
-Lo sé, tranquila no pasa nada.
Estela y Juan siguieron hablando diez minutos más de cosas sin importancia, luego él la llevó a su casa y se marchó a la suya.
Estela entró sin hacer ruido pero su madre estaba despierta en el salón.
-¡Mamá! ¿No has dormido nada?
-Nada, ¿dónde has estado?
-Em... pues... me empezó a doler mucho la tripa y me sentía mal, así que me tomé un ibuprofeno, y luego me llamó Olaya... , así que me fui a su casa porque no había nadie y hoy tocaba noche de amigas, pero si te lo dije mamá, ¡no me pongas esa cara!
-Ya... llamaré a Olaya para ver que dice.
Estela subió a su cuarto lo más rápido que pudo y la mandó un sms: "tía,t va a llamr mi mdre, pas el tlf a tu herman y haz q s pse x t mdre dicend q hems psado alli la noxe, thanks!". Cuando se le iba a enviar añadió: "sq e stado en casa con Eloy..."
"¡Cómo la voy a  decir a mi madre de que soy medio loba cuando no sabe nada de los lobos ni de como era mi padre ni nada! Seguro que no sabe nada! no se lo diré hasta que no sea imprescindible! Y a mis amigas... ¿Pero que estoy diciendo? ¿Cómo se lo voy a decir a nadie? Pensarán que estoy loca, !se lo dirán a mi madre, me llevarán a un psicólogo y de ahí al psiquiátrico!" Pensó Estela.

En ese mismo momento en el piso de abajo:
-¿Juan?
-Sí Marta, soy yo.
-Estela acaba de llegar pero me ha dicho que estuvo en casa de una amiga suya, no me lo creo. Juan... Juan..., ¿cómo es posible? Juan, ¿es ella?
Al otro lado del teléfono había silencio.
-¿Juan?
-Sí, Marta, era ella, ¿de verdad quieres que te vuelva a explicar como nos cambia todo? ¿De verdad?
-No, ya lo sé, pero no es posible..
-Sí, he estado con ella, hemos desayunado, la he dado un chándal de mi hija...
-O sea, mi hija también.
-Sí, y la he estado explicando todo, algún día tendrás que ir a la escuela y algún día te lo dirá, ya la obligaré a decírtelo, mientras tanto yo seré su tutor, su profesor, su educador para su nueva vida, como quieras llamarlo.
-Yo también quiero verla.
-Y la verás, vive contigo.
-A estela no me refiero...
-Ah..., ya..., comprendo. Sí. Voy a ver a Julia, nos llamaremos cada día para contarnos cambios, adiós Marta.
-Adiós Juan.
Ambos colgaron el teléfono y volvieron a sus respectivas vidas.

La Navidad pasó volando.Como se transformó del 22 al 23 de Diciembre, se pasó el resto de las Navidades intentando explicarle a Olaya el por qué se había pasado la primera noche que empezaron a salir, juntos. Ella le explicó de todo lo posible, que era el cumple de una prima de la hermanastra de Eloy (sí, su madre se había vuelto a casar) o cosas de ese tipo. Mónica se quedó con la versión de que Eloy es un aprovechado.
La regalaron el juego Just Dance 3 para la Wii, un móvil nuevo, una tarjeta de 4GB para el móvil, un Ebook y una cámara de las buenas: 400€. Y ahora el por qué de tanto dinero, su madre la compraba regalos por ella y por el padre de su hija, y además, sus tíos y abuelos en vez de comprarla cosas por separado la compraban cosas buenas. Con Eloy se vio unas cuantas veces, y la mayoría estaban o en la nieve dándose calor o ella con un café en la mano mientras él intentaba quitársela mordiéndola el labio y besándola para que no pudiera beberle. Iban dados de la mano, y cuando cumplieron un mes, él la regaló una preciosa rosa roja en señal de su mes juntos. Era una estampa preciosa si contamos con que ella iba con los labios rojos pintados y el día estaba blanco de la nieve.

23 de Enero del 2012: Luna Nueva.
Esa noche tocaba Luna Nueva y ya había preparado al excusa perfecta: iba a escabullirse lo más deprisa posible antes de que saliera la Luna Nueva. Es decir, tenía planeado quedarse "estudiando y acostarse tarde". Se había ganado una bronca por no prepararse bien los exámenes pero prefería eso a decirla que se iba a convertir en un monstruo por segunda vez en su vida.
A las diez menos cuarto el dolor de tripa la avisó de que quedaba poco para que se empezara a transformar, se tranquilizó todo lo que pudo y se le pasó el dolor de tripa. A las diez y cuarto estaba tranquilizándose cada tres segundos, pero solo logró atrasar la hora un total de veinte minutos, a las 22:20 de la noche, se iba por la terraza al jardín. Allí la esperaba Juan, como habían quedado la última vez que hablaron por teléfono. Hablaban por teléfono para contarse si la pasaba algo, dolor de algo, pesadillas, inicio de una transformación que nunca llegaría, pero no había pasado nada.
A las diez y media, ya estaba tirada en el suelo detrás de la valla de su jardín, en el campo, hacía frío, pero Juan la quitó las zapatillas y el pijama, quedándose en bragas simplemente, había decidido no llevar sujetado y cargarse ninguno más.
Como la otra vez, a las dice ya era una loba, pro esta vez, fue consciente durante medio minutos de que tenía garras en lugar de uñas y dedos, patas en lugar de extremidades, donde solía estar solo su culo, había una enorme cola parda y tenía unas orejas y un hocico, pero en seguida echó a correr sin rumbo. Juan llevaba más ropa de lo normal, a medianoche ya estaba transformado, en una pata con el pijama de Estela y en al tora con su ropa. Como llevaba mucho tiempo hacerlo, solía estar bastante tiempo consciente, pero aproximadamente en total, estaba dos horas más o menos de forma inconsciente, sin saber lo que hacía, y cuando volvía en sí, olía el rastro de Estela y la perseguí hasta perder la conciencia.
A las 8:34, empezó a salir el Sol y a Estela la tocaban dos duras horas de transformación, para eso no tenía excusa, para el instituto sí, pero para casa no. Juan la encontró cuando ya llevaba una hora sufriendo, se transformó, se vistió y la dio órdenes de relajarse todo lo posible y de que es su mente estuviera constantemente una imagen de ella humana. Solo cambió casi diez minutos el tiempo de sufrimiento, pero Estela los agradeció.
Mientras Estela se iba a hacer sus necesidades por allí, Juan llamó a Marta:
-Hola, como hemos ido hablando este es Estela no ha tenido ningún malestar, pero me temo que Julia sí, el día que Estela se transformó, Julia estuvo gritando y sufriendo como si fuera a transformarse según me dijo una señora que trabaja para nosotros en casa y que es como una más de la familia, me temo que hoy la ha podido pasar lo mismo. Nuestra asistenta, pro llamarla de alguna forma la está reteniendo todo lo posible, pero me temo lo peor. Continuo: Estela en todo el mes no ha sufrido, me temo que eso pasará a partir de este mes, en el primer y segundo mes es cuando el cuerpo empieza a darse cuenta de que hay dos yos dentro de un mismo cuerpo, así que estate atenta, mientras tanto seguiré en contacto con las dos, iremos en cuanto podamos. Ya viene. Adiós.
-Gracias por mantenerme en contacto, seguiremos hablando y quiero que me informes de lo de Julia, adiós Juan.
-¿Cno quién hablabas?
-Con mi novia, estaba preocupada por mí, claramente no lo sabe, no llevamos mucho saliendo, un mes o así.
-Comprendo, ¿cómo vamos a volver?-preguntó Estela.
-¿Nosotros? Tú encima de mi yo lobo, si te puedes dar la vuelta...
-Sí claro.
Un minuto después oyó un aullido, se giró y Juan era un perfecto lobo gris. Le hizo un gesto con la cabeza para que se montara sobre él, ella lo hizo, pero antes cogió su ropa, se montó sobre el lobo que era un poco más grande de lo normal y se fueron en dirección a casa. Alguna vez perdió el conocimiento, pero solo duraba esto unos minutos, luego volvía en sí, pero la primera vez Estela se asustó mucho porque se puso a correr como un loco, pero después de otras dos veces se dio más o menos cuenta de lo que pasaba y se tranquilizó, más o menos.
Cuando quiso darse cuenta, ya estaban en casa.